domingo, 5 de junio de 2011

EL RAPTO DE PROSERPINA .

El rapto de Proserpina es un escultura realizada por Gian Lorenzo Bernini entre los años 1621 y 1622.
Fue encargada por Scipione Borghese .
Representa la tensión y la violencia .
Es muy importante la capacidad de Bernini para convertit el frío mármol en pura carnosidad . Las manos de Plutón se hunden en la carne de Proserpina , creando efectos de gran sensualidad y erotismo . Esta escultura representa un asunto proceden de la mitologóa . Representa a Proserpina siendo raptada por Plutón , dios de los infiernos , A partir de este mito trata el tema de Proserpina siendo raptada por Plutón , dios de los infiernos . A partir de este mito trata el tema de la violencia siiguiendo los modelos de la escultura helenística . El poderoso cuerpo del dios , el de un varón madura , se encamina hacia delante y el juvenil y femenino cuerpo de Proserpina no pisa el suelo pero tiene hacia atrás sus brazos , pidiendo ayuda con uno y rechazando la cabeza del dios con el otro .
El mito es un vehículo excelente para la lección moral ; oponiendo la brutalidad de Plutón a la belleza de Proserpina , se confronta el cico con la virtud . Se expresan los diferente comportamientos psicológicos de los personaje , representado los estados del alma , que resultan ser uno de los elementos más característicos de la escultura barroca .













El rapto de Proserpina .




Un detalle del lado derecho de la escultura que muestra como los dedos de Plutón apretan el cuerpo de Proserpina.

La leyenda .

En Sicilia, cerca del Etna, estaba el lago de Pergusa, de gran extensión y profundas aguas. Los cisnes llenaban el lago con su bullicio. A su alrededor, frondosos árboles, proporcionaban una fresca y agradable sombra. Allí la primavera era eterna pues miles de flores cubrían siempre la tierra. En este lugar estaba Prosérpina cuando la vió Plutón, dios de los infiernos subterráneos y se enamoró de ella. No dudó en raptarla y se la llevó a su tenebroso reino.
Prosérpina, llena de espanto, llamó a su madre pero de nada sirvió.
Ceres, que había escuchado los desgarradores gritos de su hija, se lanzó en su busca. Recorrió todos los lugares de la superficie de la tierra y del mar pero no la halló.
Fatigada, se sentó sobre una roca y rompió en llanto. Tan grandes eran sus sollozos que se la podía escuchar desde cualquier lugar del mundo. En su desesperación maldijo a la Tierra que hasta entonces había cuidado con tanto interés. Desde aquel día Ceres se despreocupó de sus cuidados y la tierra se vio condenada a la esterilidad.
Aretusa, una ninfa que fue testigo del rapto se apiadó de Ceres y le dijo que no buscase a su hija en la Tierra, pues Plutón se la había llevado a sus dominios y conveido en su esposa.
Sorprendida por estas palabras, Ceres corrió hasta el Olimpo y cuando llegó junto a Júpiter, le imploró, bañada en lágrimas que hiciera todo lo posible por devolverle a su hija.
Júpiter que no quería indisponerse con Plutón ni tampoco dejar de ayudar a Ceres concedió lo siguiente: durante seis meses Prosérpina viviría con su madre en la tierra y los otros seis meses con su marido en los infiernos.
Tal decisión confortó a Ceres que, volviendo a sonreir, produjo el renacer de la naturaleza y volvió la fertilidad a la tierra.
Desde entonces, cuando Prosérpina vive con su marido en el mundo subterráneo la tierra se cubre de hielo, dolor y tristeza; los árboles pierden sus hojas y se marchitan las flores; las simientes enterradas en la profunda tierra esperan el momento en que Prosérpina vuelva con su madre, y con ella la alegría y los frutos que alimentan a los seres que pueblan la tierra.
 



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